Los demonios de Lutero

El protestantismo ayudó a extender aún más la "cacería de brujas". El siglo de Lutero fue, en parte, una consecuencia más de de los dos anteriores (se inició en el XIV, perduró en el XV y no iba a terminar en el XVI). Aquellos dos anteriores siglos de aquelarres e incipientes misas negras habían creado una irrespirable atmósfera de Satanismo. Y el monje rebelde agustino,que había surgido como consecuencia de estos siglos de caos espiritual, ahondó en él, trayendo nuevas efervescencias sociales y religiosas en las que Satanás nadaba a su gusto, agitando las aguas revueltas de tan crítico momento histórico...
El monje agustino, hombre de evidente inteligencia y palabra convincente,que llegó a los más altos grados de osadía, hasta el punto de reformar el Credo, no tuvo en cambio valor para rebelarse contra la superstición. Al contrário, la agrandó y profundizó.
Afirmó (y quizá éste era su juego) que la iglesia católica estaba poseida por el diablo. Más aún, aseguró que el papa era el Anticristo y que la Silla de Roma había sido fundada por Satanás.
Dio a Satanás lo que era de Dios, lo hizo más potente y grande como nunca lo había sido. Incluso hablaba de él con familiaridad!.

No obstante, se le aparecía frecuentemente,según decía, en el castillo de Wartbourg, y cosa rara, no para agradecerle los muchos favores que le estaba haciendo, sino para atormentarle como a San Antonio, como a los más santos de los eremitas católicos.

1 comentario:

Francisco Méndez S. dijo...

que peligroso es jugar con el
diablo
Saludod