"Nos encontrámos en vísperas de una de las celebraciónes más populares del mundo Romano: Los combates de Gladiadores. Se celebraba en un anfiteatro, que era un gran edificio de planta ovalada, sin techo, compuesto por una serie de asientos escalonados en torno a un espacio central llamado Arena.
Sobre parte del graderío se extendían toldos de lienzo para preservar del sol. Los anfiteatros eran lo suficientemente grandes como para albergar a toda su población, así como a muchos visitantes de las ciudades vecinas. Los espectadores no pagaban entrada, puesto que los espectáculos eran ofrecidos por ricos señores a sus propias expensas.

Entre los muchos anuncios de combates de gladiadores que aparecieron pintados en las paredes de los edificios está este:
"Veinte pares de gladiadores, ofrecidos por Lucrecio Satrio Valente, sacerdote de Nerón, y diez pares de gladiadores proporcionados por su hijo, lucharán en Pompeya del 8 al 12 de Abril. Habrá también una cacería de animales y se colgarán toldos."
Poco después del amanecer, el día del espectáculo, los espectadores empezaban a coger asientos. Sonaba una trompeta y unos sacerdotes salían a celebrar la ceremonia religiosa con la que los juegos comenzaban.
Entonces los gladiadores entraban en procesión, desfilaban alrededor de la arena y saludaban al presidente de los juegos. Los gladiadores eran emparejados para luchar uno contra otro y los combates empezaban.
Los gladiadores eran generalmente esclavos o condenados, vivían y se entrenaban en una escuela bajo la supervisión de un entrenador profesional. No iban armados todos de la misma manera. Algunos, que eran conocidos como "Samnitas", llevaban un escudo rectangular y una espada corta; otros, conocidos como "tracios" tenían un escudo redondo y una espada o un puñal.

Los "murmillones" eran a menudo emparejados contra los "retiari" que iban armados con "retia" (redes) y tridentes de tres puntas. Otros tipos de gladiadores eran aquellos que luchaban con lanzas, a caballo o desde carros.

Los espectadores indicaban su deseo levantando sus dedos pulgares hacia arriba que significaba "Déjalo vivir", o hacia abajo "mátalo". La decisión final sobre su muerte o perdón la hacía el presidente de los juegos.


Los cazadores que vestían a la ligera, se apoyaban en una larga lanza y en la rapidez de sus pies.
Al final de la cacería, los cuerpos sin vida de los animales, y a veces de algunos cazadores, eran sacados a rastras de la ensangrentada arena.
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