Simbología oculta del ajedrez

El ajedrez como otros juegos y costumbres contemporáneas, surge desde un trasfondo mítico. El juego estratégico que busca acorralar al rey enemigo procede de la antigua India. Tal como asegura un calificado investigador del simbolismo ancestral, el tablero del ajedrez "simboliza la existencia concebida como campo de acción de las fuerzas divinas. En su significado más universal, el combate figurado por el juego del ajedrez representa la batalla mítica de los devas con los asuras, de los dioses con los titanes, o de los ángeles con los demonios, derivándose de este todos los demás significados del juego."

El ejército blanco es el de la luz, el negro es el de las tinieblas. En un orden relativo, la batalla figurada en el tablero representa, bien la de los dos ejércitos terrenales.

Lo que más fascina al hombre de casta noble y guerrera es la relación entre voluntad y destino. Pues bien, exactamente eso es lo que el juego de ajedrez ilustra, precisamente porque sus encadenamientos son siempre inteligibles, sin ser limitados en su variación. Un rey de la India quiso saber si el mundo obedecía a la inteligencia o a la suerte. Dos sabios, sus consejeros, dieron respuestas contrarias, y para probar sus tesis respectivas uno de ellos tomó por ejemplo el ajedrez, en el que la inteligencia prevalece sobre el azar, mientras que el otro trajo unos dados imagen de la fatalidad.
En cada fase del juego, el jugador es libre de elegir entre varias posibilidades, pero cada movimiento traerá una serie de consecuencias ineludibles, de modo que la necesidad delimita la libre elección cada vez más, apareciendo el final del juego no como fruto del azar sino como el resultado de leyes rigurosas.

Se revela aquí no sólo la relación entre voluntad y destino, sino también entre libertad y conocimiento: a menos que haya una inadvertencia del adversario, el jugador salvaguardará su libertad de acción solo en la medida en que sus decisiones coinciden con la naturaleza del juego, es decir, con las posibilidades que este implica. Dicho de otro modo; la libertad de acción es aquí solidaria de la previsión, del conocimiento de las probabilidades; inversamente, el impulso ciego, por libre y espontáneo que parezca en el primer momento, se revela a fin de cuentas como una no-libertad.
El ajedrez representa al individuo capaz de gobernar su mundo exterior o interior en conformidad con sus propias leyes. Este arte supone sabiduría, que es el conocimiento de las posibilidades;La verdadera sabiduría es la identificación mas o menos perfecta con el Espíritu, siendo simbolizado éste por la cualidad geométrica del tablero, sello de unidad esencial de las posibilidades cósmicas. El Espíritu es la verdad; por Ella es libre el hombre; fuera de ella es esclavo de su destino. Esa es la enseñanza del juego del ajedrez.

3 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Hola :
Muy bun ánaliiss del juego del ajegrez, como enfrentamiento entre fuerzas totalmente opuestas.
Saludos

Anónimo dijo...

Entre todos los juegos habidos y por haber, es el más genial de todos. Me aficioné desde muy pequeño a jugar y creo que nunca conseguiré averiguar sus más profundos secretos.

"KING" dijo...

Si os desvelo la cara oculta de varios juegos más seguramente os quedaríais con la boca abierta.

Un saludo oscuro compañeros