El mito del Hombre Lobo

En el año 1300, los normandos procedentes de Inglaterra asolaron Irlanda.Entre los últimos resistentes destacó un caudillo llamado Barghest.
Herido de muerte, el cacique hizo un pacto con el diablo, y desde entonces se dice que cada noche él y sus hombres vuelven a la vida convertidos en sanguinarios lobos.

la maldición de los Licántropos solo cesará cuando expulsen de la isla a los invasores y sus descendientes.


La leyenda del hombre lobo se remonta a los mitos de los Dioses nórdicos que adquirían apariencia de animales como el lobo o el oso.
Más adelante, en el siglo XVI, se desató la persecución contra las brujas, y se extendió la creencia de que se convertían en lobos, hasta entonces las brujas sólo habían tomado forma de sapos, gatos y liebres.

En su figura humana, no es fácil distinguir un Hombre lobo de un vampiro, ya que comparten numerosas características; Entre ellas figura el entrecejo corrido,orejas pequeñas y puntiagudas, manos con uñas en forma de garras y vello en sus palmas.Pero existe una sutíl diferencia: en cada mano, los dedos indice y corazón son de la misma longitud.Realizada su transformación, aparece, bien como un lobo de gran tamaño que camina a cuatro patas o bien como un ser que camina erguido muy velludo con garras en las manos y facciones humanas repulsivas.En cualquiera de ambas metamorfosis desgarra las gargantas de sus víctimas,ya sean hombres o animales, y luego devora la carne cruda.

Juan Sin Tierra, monarca impopular que reinó en Inglaterra de 1199 a 1216, dejó tras su muerte la sospecha de haber sido un hombre lobo. Según una crónica normanda, los monjes, al oir ruidos en su tumba,extrajeron el cadáver y lo apartaron de tierra sagrada: "De esta suerte el triste presagio de su apodo-Sin Tierra- se realizó puntualmente: en vida perdió casi todos sus domínios y después de muerto no pudo entrar en pacífica posesión de su tumba".

Son muchas las maneras de cómo un hombre puede convertirse en lobo. El Clérigo Gervasio de Tilbury decía en la Edad Media que un metodo infalible consistía en desnudarse y revolcarse en la arena en las noches de plenilunio. Pero según las leyendas de Italia, la condición es ser concebido en el plenilunio o sencillamente dormir un viernes a la intemperie bajo la luz de la luna llena. Se decía en Irlanda que San Patricio maldijo a toda una tribu que por su falta de fe colmó la paciencia del santo: cada siete años se convertían en lobos.
Algunas tradiciones europeas aseguran que la transformación se realiza al beber en un arroyo donde ha abrevado un lobo, al ser mordido por un lobo rabioso o al comer del acónito, una planta medicinal. Los procedimientos utilizados contra los Hombres Lobo son también numerosos:
-El exorcismo, invocando el nombre de Cristo, o llamando tres veces al hombe lobo por su nombre de bautismo.
-Extraerle tres gotas de sangre durante su transformación
-Herir al animal con un proyectil de plata, preferentemente sagrada, tomada del crucifijo de alguna iglesia.

La bestia de Gévaudan

Desde 1764 a 1767 un monstruo desconocido aterrorizaba en Francia a los pastores y a sus familias, cerca de las montañas de Auvernia, al sur del Macizo central.Se le conocía como la Bestia de Gévaudan, y se le atribuyó la muerte de 40 personas, así como ataques contra más de 110. Aseguraban la gente de la comarca que el animal era rojo, cubierto de escamas y abría una boca enorme como la de un león. Huía a velocidades fantásticas y escapaba indemne a trampas y cazadores. En 1767 fue abatido un lobo de gran tamaño y cesaron los ataques. Pero hasta hoy nadie tiene la certeza de si aquellas matanzas se debieron a alguna otra alimaña o a un ser humano.

Un Español, precursor del Hombre Lobo
¿Existió el hombre lobo de las historias de terror? ¿Son verídicos los casos de zoantropía o metamorfosis fantástica del hombre en animal?
En el castillo de Ambras, cercano a Innsbruck, en el Tirol austríaco se conservan varios lienzos que representan a un adulto y a dos niños con el rostro totalmente cubierto de pelo y una feroz expresión. Los protagonistas de estas pinturas vivieron en realidad. El adulto se llamaba Pedro Gonzálvez y nació hace cuatro siglos en el seno de una acomodada família de las Islas Canarias. Apenas alcanzada la pubertad, experimentó los síntomas de un hirsutismo atroz, una hipertricosis desmesurada que cubrió enteramente su cuerpo de pelo.
Esta anomalía fisiológica destrozó su vida, todo el mundo se apartaba de él y hasta hubo quienes no dudaron en apodarlo "engendro del diablo" o "brote del averno". A los 25 años de edad, Pedro Gonzálvez, harto de sufrir humillaciones, emprendió un viaje a París donde,según decían, un reconocido doctor podía combatir su desdicha. Pero el tratamiento no dió resultado. La gente huía atemorizada a su paso,los niños lloraban al verle y los perros le acosaban ladrando.

Sólo una mujer tuvo compasión de él y, merced a su dulzura y cariño,recobró cierta confianza en sí mismo. Se casó con ella y durante unos meses conocío algo parecido a la felicidad. Pero el verdadero drama sobrevino después del nacimiento de sus dos hijos, cuando comprobó que ambos habían heredado su enfermedad.
Presa de la desesperación acudió entonces a visitar al profesor Félix Plater, de Basilea, uno de los mejores especialistas en Europa.
Pero todo fue en vano.
Se convirtieron en esperpentos bufonescos. Fernando II, emperador de Alemania, ordenó incluso que los inmortalizaran en los lienzos que hoy, asombrados, pueden contemplar los turistas




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